En la grabación de los monjes benedictinos del monasterio de Santo Domingo de Silos se dice erróneamente que el himno es anónimo.
Fue el monje Guido D'Arezzo —considerado el padre de la notación musical— quien elaboró una aproximación a la notación actual, al asignar los nombres a las notas —excepto a la séptima nota, "SI", que por entonces era considerada un tono diabólico (diábulus in música) ( CONFIRMADO LA NOTA "SI" ES HEAVY MEATAAALLL!!!) — y desarrollar la notación dentro de un patrón de cuatro líneas (tetragrama), y no una sola como se venía haciendo anteriormente.
Hacia el siglo XVI se añadió la nota musical si, derivado de las primeras letras de Sancte Ioannes, y en el siglo XVIII se cambió el nombre de ut por do (por Dóminus o Señor). En Francia se sigue utilizando la nota ut, aunque para el solfeo se usa el monosílabo "do" para evitar la complejidad que provoca la letra "t".
También en este proceso se añadió una quinta línea a las cuatro que se utilizaban para escribir música, llegando a la forma en que hoy lo conocemos, llamada pentagrama.
Luego de las reformas y modificaciones llevadas a cabo en el siglo XVI, las notas pasaron a ser las que se conocen actualmente: do, re,mi, fa, sol, la y si.
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